“El derbi era el súper partido; no había comparación con otros”

“El derbi era el súper partido; no había comparación con otros”

Leyendas España analizan la rivalidad histórica en los derbis entre Real Madrid y Atlético, que afrontan una intensa serie de duelos en este arranque de 2024

Las Leyendas España han participado de forma activa en los derbis entre Atlético y Real Madrid a lo largo de los años. Una rivalidad intensa que perdura en su memoria porque eran partidos intensos, con tensión, repletos de piques, pero con amistades inalterables a pesar de la competencia entre los dos equipos de Madrid. En un arranque de 2024 con tres derbis en una serie continuada (Supercopa, Copa y Liga), las leyendas de España con pasado madridista y colchonero repasaron los que para ellos era un ‘superpartido’.

Este aspecto lo destaca Antonio García Navajas (una vez internacional con España – Leyenda 447 de la Selección), pero con una larga lista de derbis a sus espaldas donde no había tregua en el campo aunque muchos rivales rojiblancos fueran amigos: “Te jugabas todo en el terreno de juego, pero luego te ibas con Leal, Pereira o Heredia a toma algo con ellos. Eso es lo más bonito del mundo. En la Selección Sub ’21 me juntaba mucho con Rubio, con Marcos Alonso, Arteche… todo era muy diferente y me da pena que se haya cambiado”. Para el ex madridista, no era incompatible mantener la amistad aunque en los derbis se dijeran de todo: “Éramos profesionales. Había piques intensos, porque yo le decía de todo a Rubio y, sin embargo, éramos muy buenos amigos. Tú defendías tus colores con todo y luego nos juntábamos todos en el Lancaster de Goyo Benito…”.

Juan Carlos Pedraza (dos veces internacional con España –Leyenda 471 de la Selección) desde la parte colchonera hace hincapié en ese aspecto que era habitual en aquellas décadas: “Intensidad había y mucha en el campo. Nadie se dejaba nada. Yo los recuerdo con muchos piques, a pesar de la buena sintonía que había fuera del campo. Alfredo Di Stefano lo decía siempre: ‘Nuestro rival siempre ha sido el Atleti y luego nos íbamos a tomar algo con ellos después de los derbis’”. A Pedraza le tocó lidiar con José Antonio Camacho sobre el césped: “La afición siempre lo vive con más intensidad, aunque mis duelos con Camacho eran también intensos. Aunque ha cambiado mucho el fútbol y ya no se entra igual; entonces era más intenso, nunca violento, y al final la buena relación prevalecía”.

Los piques entre Paco Buyo (siete veces internacional con España – Leyenda 482 de la Selección) y Paulo Futre son míticos. La leyenda de la portería madridista refuerza la tesis de la importancia de estos partidos en el fútbol de entonces: “Para mí, los derbis de Madrid eran los partidos de verdad. Los importantes. Porque los vivías con diferente intensidad a los demás y me gustaba. El ambiente se caldea y se eleva por una rivalidad que siempre generaba grandes piques. Porque quieres ganar siempre, pero en los Madrid-Atleti percibías una motivación extra y yo los prefería. Además, el rival pretendía desestabilizarme y eso era señal de que uno lo hacía bien, por lo que me motivaba aún más”.

Que se lo digan a Quique Setién (tres veces internacional con España – Leyenda 494 de la Selección), que aterrizó en el Atlético de Madrid y de primeras se encontró con un derbi madrileño: “Mi primer partido con el Atleti fue un derbi en la temporada 85-86 en Coruña, en el Trofeo Teresa Herrera. Fue mi debut y ya la pretemporada se planificó pensando en aquel partido porque era un impulso añadido para arrancar la temporada después de Copa del Rey ganada el año anterior”. Eso sí, la tensión de estos partidos era inigualable: “Todos los derbis fueron especiales y repletos de tensión porque siempre había gran parte del campeonato ganada cuando se podía derrotar al rival”.

Un mostoleño como Rubén De la Red (tres veces internacional con España – Leyenda 699 de la Selección) entiende y siente como madrileño lo que suponían aquellos duelos: “Hubo épocas con más y menos rivalidad. Depende también de la competición, porque no es lo mismo la Copa del Rey que tres puntos en un derbi de Liga o una Champions en juego… Pero el partido capital de la ciudad tenía un sentimiento mucho más especial que te hacía afrontarlo de manera diferente y el jugador lo percibe. No había comparación con otros partidos”.

En esa órbita se sitúa el que fue capitán del Atlético de Madrid en el doblete, Roberto Solozábal (doce veces internacional con España – Leyenda 546 de la Selección). El ex rojiblanco, ahora al frente de las Leyendas atléticas, desmenuza lo que suponían para un madrileño de cuna como él estos choques: “Para mí un derbi contra el Real Madrid era de los partidos más emocionantes del año. En nuestra época, es cierto que se jugaban menos que en la actualidad porque sólo teníamos los dos de Liga y si tocaba en el sorteo de Copa. Quizá por eso estos se vivían con un sentimiento especial y, pese a todo, creo que sigue siendo el super partido del año”.

Luis Milla (tres veces internacional con España – Leyenda 530 de la Selección) conocía muy bien lo que eran partidos de alta intensidad como los Real Madrid-Barcelona, pero los derbis de Madrid le dejaron calado: “Ya al llegar al Madrid me contaron que éste era el partido que uno esperaba todo el año y la gente así te lo trasmitía la semana previa”. La leyenda madridista y azulgrana entendió pronto lo que suponía este partido: “El derbi era lo más importante del año por lo que suponía jugarlo. Había mucho pique, lo veías en la calle y, aunque lo tratabas de afrontar sin sobreexcitación y de manera natural por la presión y el ruido que había, luego la tensión se notaba. Entonces Juan Vizcaíno y yo éramos vecinos y buenos amigos, pero en el campo era otra película”.

Otra de las leyendas rojiblancas como Salva Ballesta (cuatro veces internacional con España – Leyenda 627 de la Selección) pone en valor la trascendencia de un derbi que era uno de los más especiales: “Después del Sevilla-Betis, el Atleti-Real Madrid es el derbi de más rivalidad en España. Siempre que lo jugaba, la motivación era extraordinaria por el rival y por todo lo que envuelve el derbi durante los días previos mientras lo preparas. Son partidos que cualquiera espera y que a uno le motiva y le gusta jugarlos. Hace años existía mucha diferencia entre ambos, pero ahora se han equiparado gracias al salto cualitativo de un Atleti que le permite codearse con los mejores equipos del mundo”.

En ese sentido, Alfonso Pérez Muñoz (treinta y ocho veces internacional con España – Leyenda 562 de la Selección), vivió todos los derbis posibles en Madrid, Barcelona y Sevilla. Pero para alguien que es de Getafe, las luchas contra el vecino se convertían en la cita de referencia de cada temporada: “Los derbis eran muy, muy especiales porque estaban dos grandes del fútbol frente a frente y se hacían partidos de mucha intensidad por una rivalidad que siempre era sana. Eso sí, el perdedor siempre se quedaba más tocado en lo emocional porque era una doble satisfacción ganar al equipo vecino”.

Los derbis que vivió José Eulogio Gárate (dieciocho veces internacional con España – Leyenda 332 de la Selección) no tienen nada que ver con los actuales. El cambio en el fútbol ha sido sustancial, aunque prevalezca la rivalidad: “Los recuerdo con mucha ilusión y para el que siempre había una importante preparación especial. Se ponía mucho interés en ganar al Real Madrid, si bien en aquella época había más igualdad”. Para el ‘Ingeniero del área’ (18 veces internacional) la rivalidad también se mezclaba con el respeto mutuo. “No me afectaba el ruido que se generaba ni por la afición ni por la crítica; de hecho, a mí me trató bien en el Calderón y también el Bernabéu. Pero íbamos a muerte, aunque algunos fuéramos menos beligerantes o agresivos siempre querías ganar aunque fuese de penalti injusto en el último minuto”. Sus duelos con Goyo Benito eran míticos: “El fútbol de entonces no tiene nada que ver, ahora es más físico y el juego es más global. Entonces el marcaje era al hombre y pasaba el jugador o el balón… Yo me las vi con Benito con el que tenía muy buena relación y nos respetábamos; era muy bueno, pero durísimo…”.