¡Ya estoy aquí!
Orgullo. Yo creo que esa es la palabra que mejor define el sentimiento que tuve cuando tuve la ocasión de debutar con la selección española de fútbol.
Mi trayectoria deportiva no había sido un camino fácil sino más bien abrupto y con altibajos. Sin embargo, el momento que vivía en mi club y la ayuda de mis compañeros y mi entrenador en el Mallorca y también, cómo no, de todos los que me había encontrado previamente en mi vida, me habían llevado a ser convocado a los 27 años por primera vez para una selección, ya fuese regional o nacional. Los caminos del fútbol son infinitos.
Partido amistoso en Italia contra la selección azzurra, entre semana y con apenas dos dias de preparación para el encuentro. Varias novedades en la convocatoria: Ivan Helguera, Juan Sánchez, Alkiza, Juan Carlos Valerón, y Marcelino Elena. Cómo molaba!
Ver mi nombre en aquella lista de novedades al lado de otros ilustres como Raúl Gonzalez, Michel Salgado, Sergi Barjuan, Etxeberria, Urzaiz, Cañizares ….la selección española.
Trataba de convencerme a mí mismo de que si yo estaba allí era porque tenía el nivel requerido. ¿Era yo uno de ellos también? Tenía que suponer que si… Lo fuese o no lo fuese yo estaba seguro de mí mismo y trataba de encontrar elementos de apoyo para alimentar la autoconfianza y afrontar aquel reto en la mejor predisposición mental posible. Nada de temores, dudas o complejos.
Una vez llegado el momento del partido y mientras en los prolegómenos del mismo sonaba el himno nacional y alineados mirábamos al palco de autoridades desde el campo, yo pensaba con la mandíbula apretada: » ya estoy aqui..ya estoy aqui..vamos!…ya estoy aqui». Y me repetía esa frase como un mantra. La mejor forma de no pensar en otra cosa, de evitar los nervios y de concentrarme. Aún así no podía evitar un respingo de emoción en la nuca y la enorme sensación de responsabilidad de defender desde el terreno de juego el orgullo futbolístico de mi país. El momento soñado mil veces desde niño y un objetivo que poco tiempo atrás parecía una quimera.
El partido acabo 2-2 y Paolo Inzaghi me dio uno de los partidos más duros de mi vida. Un empate de prestigio ante Italia en su casa estaba bien para empezar mi andadura con España.
Vinieron detrás de ese cuatro partidos más, cinco en total, todos de titular y completos.No se si son muchos o pocos, con que hubiera sido uno solo yo ya hubiera sido feliz. Solo con haber ido aquella primera vez ya podía decir para siempre : Yo he estado ahí y por un momento he sido uno de ellos. Yo he jugado con la selección española «.
El hecho de que me incluyeran en esa élite con aquella primera convocatoria me dio la posibilidad de conocer y mezclarme con mis ídolos y me ha proporcionado a posteriori algo más que puramente el hecho de jugar al fútbol con los mejores futbolistas del momento. Me he encontrado a través de los partidos organizados por la AEDFI con una élite humana a la que siempre es agradable regresar cuando soy convocado para algún partido de la selección española de exjugadores. Y a mí esas convocatorias me hacen la misma ilusión que entonces pero no las disfruto como si tuviese 27 años y fuese profesional, sino que las disfruto cómo debe ser, como un niño.
Marcelino Elena
Internacional (1998-1999)