La historia de España en los últimos cien años no se entiende sin la de su Selección de Fútbol. Ambas van unidas forjando un vínculo irrompible entre la identidad del país y el equipo nacional que la representa.
La Selección Española de Fútbol: un vínculo histórico con la afición cuyo legado preservamos
A lo largo de la historia, la Selección Española de Fútbol ha desempeñado un papel vertebrador en la sociedad española hasta crear un vínculo inquebrantable con su afición y ser uno de los mejores embajadores del país en todo el mundo. Desde sus primeras competiciones hasta los triunfos más recientes, la Roja ha sido un símbolo de unidad y orgullo nacional, inspirando a generaciones de aficionados y futbolistas.
Este legado histórico es uno de los pilares fundamentales por los que la Asociación Española de Futbolistas Internacionales, Leyendas España, organiza y participa en Partidos de Leyendas. Estos encuentros no solo ponen en valor a los futbolistas internacionales que han defendido los colores de España, sino que también refuerzan esa conexión sentimental que se ha ido fortaleciendo a lo largo de los años. Los Partidos de Leyendas son una oportunidad única para que los aficionados revivan momentos inolvidables y celebren la trayectoria de sus ídolos. Además, estos eventos suelen un componente solidario, ya que Leyendas España colabora con diversas causas benéficas en distintos lugares del país. De esta manera, se fomenta el espíritu de solidaridad y se devuelve a la sociedad el apoyo que brindó a nuestras Leyendas en su etapa en activo, demostrando el poder de unir y transformar que tiene el deporte, en especial el fútbol.
Esa legendaria conexión con los aficionados españoles empezó a forjarse desde el propio nacimiento de la Selección, cuando de modo heroico los primeros internacionales que viajaron a Amberes para participar en los JJOO de 1920, cuyo primer partido se disputó un 28 de agosto, logró de modo inesperado y heroico su primer gran éxito, la medalla de plata en aquellos Juegos. Ese primer éxito de los Zamora, Pichichi, Belauste o Samitier contribuyó a situar al fútbol en España como el deporte más popular y, fuera de nuestras fronteras, como uno de sus mejores embajadores.
Nació entonces la “Furia Española”, un estilo de juego e idiosincrasia de la forma española de entender el fútbol que perduró durante todo el siglo XX. La Selección se transformó, en los años 20 y 30, en símbolo del orgullo nacional en un país lastrado por serios problemas sociales, económicos, políticos e institucionales. Las victorias frente a Francia (1929), Inglaterra (1929) o la Alemania de Hitler (1935) y el gran papel en el Mundial del 34 consolidaron al equipo nacional y también ampliaron los lazos con la afición.
La Selección fue capaz de renacer de sus cenizas tras una tragedia nacional (la Guerra Civil) y otra internacional (la II Guerra Mundial) que provocaron pérdidas humanas (muertes, asesinatos y exilios de jugadores) y la casi imposibilidad de jugar durante años a causa de esos dos conflictos. La España de la dictadura, el estraperlo y el hambre tuvo pocas alegrías: una de ellas ver al equipo de Puchades y Zarra -la mejor cabeza del continente después de Churchill- ganar a Inglaterra -la “pérfida Albión” de la época- y quedar como cuarta clasificada en el Mundial de Brasil 1950.
La Selección acompañó la modernización de España y su primera y tímida apertura al exterior de la mano de los Gainza, Gento, Kubala y Di Stefano. Y, sobre todo, cuando conquistó en 1964 la primera Eurocopa: con José Villalonga como seleccionador y un bloque de jugadores donde primaba la idea del colectivo, aunque con grandes individualidades, como las de Luis Suárez, Amancio o Iríbar. El gol decisivo de Marcelino en la final ante la URSS quedó en el imaginario colectivo español durante medio siglo hasta que llegaron los de Fernando Torres, David Villa o Andrés Iniesta.
La Selección ha acompañado al país en su transición a la democracia. En 1978, mientras se elaboraba la Constitución, acabaron 12 años de travesía del desierto y ausencias en fases finales internacionales. En los años 80, a la vez que se consolidaba el régimen de libertades, la Selección dejaba recuerdos que marcaron a toda una generación. Entre ellos el 12-1 a Malta de 1983, el subcampeonato de Europa del 84 o el gran papel en México 1986 del equipo dirigido por Miguel Muñoz cuya columna vertebral se sostenía en la “Quinta del Buitre”. La España de Javier Clemente, con sus altibajos, fue un fijo de las fases finales y la de José Antonio Camacho se transformó en un esbozo de lo que luego llegaría: 4 años de dominio y hegemonía indiscutibles a escala mundial (2008-2012) de la mano de Luis Aragonés y Vicente del Boque. Ellos forjaron un nuevo estilo de juego y encabezaron una generación irrepetible e inigualable. El gol de Torres en 2008, el de Iniesta en 2010 y la exhibición ante Italia de 2012 (dos Eurocopas y un Mundial) elevaron al Olimpo a esa selección y fueron un bálsamo para todo un país que atravesaba por una durísima crisis económica y social. Los títulos más recientes, la UEFA Nations League de 2023 y la Eurocopa de 2024, la cuarta de la historia, han vuelto a disparar la ilusión de todo un país por una Selección Española con un brillante pasado, presente y futuro.
La Selección, en estos cien años, no solo ha visto crecer una cantera sobresaliente e inagotable (la olímpica -oro en Barcelona 92 y Londres 2024- y las Sub-21, Sub-19, Sub-17 y Sub-16 que no dejan de reinar en Europa) sino que ahora va acompañada de las de fútbol sala, playa y, desde 1983, crece imparable la Selección femenina, flamante campeona del Mundo, que también posee su propia cantera, capaz de conquistar títulos internacionales.
Durante un siglo, por el equipo nacional han pasado más de 850 jugadores: desde porteros de leyenda, de Zamora a Iker Casillas pasando por Ramallets, Iríbar, Arconada o Zubizarreta; defensas con olfato goleador, como Hierro, Puyol y Ramos; centrocampistas con gran visión de juego, entre ellos Gamborena, Pirri, Guardiola, Xavi, Iniesta y Busquets; a delanteros pura sangre como Lángara, Basora, Santillana, Quini, Raúl o David Villa.
Más de cien años después, los jugadores de la Selección de Luis de la Fuente, exitoso heredero de los más de 50 seleccionadores que le han precedido, pueden encarar el futuro orgullosos de su pasado y con la esperanza de seguir siendo parte sustancial de un equipo que encarna un sentimiento colectivo.
A pocos años de que España vuelva a acoger la máxima cita internacional del fútbol, el Mundial, desde Leyendas España apostamos, más que nunca, por poner en valor a todos los jugadores que han formado parte de la vida de nuestra Selección y han llevado el nombre de España por todo el mundo, como parte de una institución que lleva uniendo y representando a nuestro país desde hace más de un siglo.
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